Las cosas que perdí
Soy
un puñetero desastre. Y esto me lo han dicho mis padres, mis
amistades, mis abuelos, mis parejas, mis primos, mis compañeros de
clase... Lo he oído de conserjes, dependientes, policías y hasta de
desconocidos por la calle. En mi vida he perdido un par de teléfonos
móviles, decenas de chaquetas, cientos de alambres para el pan de molde
y al menos un millón de gomas para el pelo. He perdido desde tapones
de botella hasta auriculares, pasando por mecheros, llaves, cd's y
paquetes de tabaco. He perdido lápices, libros, bolígrafos y
apuntes. Alguna vez perdí a mi mascota, pero luego la encontré. He
perdido bolsos, chaquetas, zapatos y por otras circunstancias he
perdido hasta las
bragas. He perdido apuestas, he perdido a las cartas y a la
playstation.
He perdido la virginidad. He perdido la voz de tanto gritar en una
fiesta. He perdido el tiempo. He perdido autobuses y también trenes.
Me he perdido andando y en coche. Me he perdido hasta nadando porque
no encontraba la orilla. Pero perdí el miedo. También he perdido
amigos. Y perdí a mi tía, por un cáncer. He perdido el rumbo
muchas veces, de la vida, de las huellas que seguía. Lo perdí todo
una vez. Se me perdieron las ganas, se nos perdió el amor, y perdí la cabeza.
Pero jamás perdí tanto como cuando te perdí a ti.
Pero jamás perdí tanto como cuando te perdí a ti.
Microrrelato para el concurso #historiasdeamor